domingo, 2 de febrero de 2014

LUCES Y SOMBRAS

No sé si lo sabéis pero hace algún tiempo dije que un día escribiría un post al que llamaría "luces y sombras", pues bien, ese día ha llegado.

Por si aún queda alguien que no lo sepa, cosa que me extraña después de todo el coñazo que he dado, me acabo de presentar al examen para acceder a BIR. ¿Y qué es el examen BIR? Pues nada más y nada menos que un examen de 225 preguntas tipo test, en el que compites con 800 y pico personas por 40 plazas. Si todo va bien y consigues la tan ansiada plaza te esperan 4 años de residencia en algún hospital de España haciendo una de estas cuatro especialidades: análisis clínicos, bioquímica clínica, inmunología y microbiología y parasitología. Pero para eso te tienes que estudiar un temario enorme, y cuando digo enorme es ¡ENORME!.

Imagen del temario, sin los libros de consulta. 

Tuve claro que quería hacer el BIR desde 2º de carrera creo, cuando una profesora especialista en análisis clínicos nos habló del BIR. Me gustó tanto la idea de poder trabajar en el laboratorio de un hospital que me decidí a hacerlo, y mientras iba avanzando en la carrera más ganas tenía de acabar para prepararme esta maldita prueba.

¿Y por qué decidí llamar a este post "luces y sombras"? Pues porque es lo que he sentido a lo largo de todo este año y medio de preparación para el examen; una especie de montaña rusa emocional en la que no sabes que te va a tocar ese día, si subidón o bajón. Ayer hablaba con un compañero de fatigas sobre lo ilusionado que estás cuando coges los apuntes por primera vez. Te ves con fuerza para comertelos de un bocado, y claro, te pones a ello. Las primeras semanas pasan volando, te vas planificando todo, que si me estudio esta asignatura primero, esta después, que si qué bibliografía tengo que utilizar, etc. Y así va pasando el tiempo hasta que un día te levantas y te preguntas si de verdad merece la pena sacrificar un año y medio de tu vida para algo que, aunque sea lo que has querido desde hace mucho, nadie te lo asegura. Pero nada, piensas en lo bueno que sería conseguir la plaza y sacas fuerzas para seguir adelante. 





Y así sigues animadito hasta que una primera sombra se ciñe sobre ti. Una sombra oscura llamada SOLEDAD, la cual te hace vivir unos momentos tremendos,  en los que pasas demasiados días (durante más de 12 horas) en una biblioteca completamente sólo. Desayunas sólo, comes sólo, meriendas sólo y, por supuesto, estudias sólo. Aunque al principio lo llevé bien, poco a poco iba pesando más de la cuenta hata que, de pronto, apareció una segunda sombra, esta vez  llamada HIPOCONDRIA. Sí, pensaba que todo lo malo habido y por haber me estaba afectando a mí. Es lo que tiene la mente, que es capaz de hacer que te duela algo aunque no tengas nada. Estas dos sombras me hicieron conocer lo que es la angustia de no poder controlar algunas reacciones normales de mi cuerpo. Y como no era suficiente, llegó una tercera sombra, esta vez llamada ANSIEDAD, a esta le dio por cogerme fuerte del cuello y apretarme el pecho como si me lo estuvieran pisando constantemente. Total, que pasé de sustituir 3 cafés diarios por 2 tilas diarias. Pero no todo va a ser malo en esta historia; como se suele decir, detrás de las nubes siempre está el sol, y entre sombra y sombra había días soleados a los que he llamado "luces". 



La primera luz se llama FUNDACIÓN IO. Desde ya, gracias, gracias y gracias, en especial a Mercedes, Trini y Manolo; por confiar en mí para colaborar en la web, por ser tan profesionales y por ser gente de tan putísima madre. La segunda luz se llama TWITTER, sí Twitter, aunque haya gente a la que le parezca increible he conocido un montón de personas maravillosas allí. Gente que comparte el amor por la ciencia y la divulgación como jamás hubiera imaginado, gente encantadora que se ha tomado unos minutos de su tiempo para animarme cuando me ha visto de bajón, para contestar a mis famosas #preguntaciencia y así ayudarme a repasar algunas cosillas, y en definitiva, para hacerme los días menos negros, así que, como no podía ser de otra manera, gracias, gracias y gracias. Aunque no os mencione por aquí (porque estaría dos horas escribiendo nombres) vosotros sabéis quienes sois. La tercera luz se llama AMISTAD. Si algo bueno tienen los momentos duros es que te das cuenta de quién está realmente a tu lado, y por eso quiero hacer una mención para esos AMIGOS con mayusculas que se han preocupado por mi y se han mantenido a mi lado aunque yo algunas veces fuera un poco gilipollas. Espero que no os importe que os mencione, así que ahí va: Kiko y Rocio, mis compadres, porque aunque la distancia nos separe quiero que sepáis que siempre os llevaré en el corazón, Pablo y Rosana, mis dos grandes AMIGOS biólogos, por comprenderme cuando tuvisteis que hacerlo, por apoyarme y por estar tan pendientes de mí, gracias gracias y gracias, a los 4. La cuarta luz se llama MAMÁ, gracias por apoyarme siempre cuando te comenté la locura que quería emprender durante este año y medio, por decir con orgullo eso de "mi hijo es biólogo", y porque sin tu sacrificio y tenacidad yo no estaría hoy escribiendo este post. Y la quinta y última luz (y para mí la más importante) se llama INMA, mi niña, la que me ha aguantado día tras día todo este año y medio, la que me ha apoyado incondicionalmente y ha confiado en mí hasta el final, la que me ha puesto en pie cuando ha tenido que hacerlo y no ha dejado que cayera. Gracias por ser como eres, cada día doy las gracias por haberme encontrado con alguien como tú en el camino de mi vida. Eres la mejor y estoy seguro de que conseguirás todo lo que te propongas. 

Bueno, pues como podéis ver este es el resumen de este tiempo de preparación del examen. No sé si le servirá a alguien que tenga pensado prepararse para el mismo pero si no, ya me sirve a mí para desahogarme y dar carpetazo a una etapa de mi vida, que para bien o para mal, terminó ayer a las 9 de la noche :-).